Tenía una caja de tarjetas de visita con un dibujo de flores en una caja de plástico que no hice imprimir y no sabía que hacer con ellas.
Cuando empecé a empapelar la parte interior de la puerta de la casa de muñecas les encontré una utilidad.
Con tantas ventanas tenía que recortar mucho papel y las tarjetas de visita no había que recortarlas demasiado.
Así que con un poco de gracia, esmero y pegamento me dispuse a empapelar.
Quedo bien y me ahorré dinero.
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